Durante las últimas dos décadas del siglo 19, el azúcar sobrepasó al tabaco como principal producto de exportación del país como resultado del ingreso de plantadores de azúcar de origen cubano, que emigraron a Santo domingo a raíz de la Guerra de los Diez Años . Lilís regaló grandes terrenos en los valles de la costa sureste, donde se construyeron los primeros ingenios azucareros mecanizados del país.
Su dictadura se embarco en varios proyectos ambiciosos de modernización del país, incluyendo la electrificación de la ciudad de Santo Domingo, la construcción de un puente sobre el rio Ozama y el comienzo del servicio interno de ferrocarril de una sola via conectando las ciudades de Santiago y Puerto Plata.[2]
[editar] Lilís y el endeudamiento externo
Con el objetivo de enriquecerse a sí mismo y a sus seguidores, reforzar el sistema de sobornos, pagar a la armada, fomentar la industria de los ingenios azucareros y financiar el desarrollo de infraestructuras, Lilís tomo grandes préstamos de bancos europeos y americanos, incluso mientras los precios del azúcar experimentaban una aguda bajada.
En 1888, tomo un préstamo por tres cuartos de millón de libras esterlinas de la casa de préstamos de Ámsterdam, Westendorp.[3] La Westendorp Company se declaró en bancarrota en 1892, después de que su agente revelo fraudes en el servicio de aduanas, donde Heureaux había logrado tarifas preferenciales para algunos de sus acreedores locales.
Un consorcio de hombres de negocios de New York que se llamaban a si mismos San Domingo Improvement Co. compro la Westendorp, tomando las reclamaciones de sus bondholders europeos, a cambio de dos préstamos, uno por $1.2 millones y el otro por £2 millones, para proveer fondos para la deuda externa del país y que serían saldados con la recaudación de las aduanas.[4]
[editar] Encarcelamiento y fusilamiento de Marchena
El general Generoso de Marchena Peláez fue introducido en una celda solitaria en la Torre del Homenaje y sólo era sacado encadenado de la misma cuando el dictador realizaba alguna travesía en uno de sus barcos. Heureaux retuvo durante más de un año el fusilamiento de su ex –colaborador hasta producirse la eliminación del general Joaquín Campos, delegado del Gobernador de Azua. Campos fue muerto de un balazo al caer en una emboscada hecha por enemigos del gobierno que iniciaron una rebelión denominada "Rebelión de los Azuanos", con el propósito de derrotar a Heureaux. Sin embargo, el dictador logró sofocar la rebelión y aprovechar la ocasión para fusilar a Marchena en las Clavellinas de Azua, el 22 de diciembre de 1893, junto a otros seguidores suyos.